Cómo manejar expectativas correctamente
¿Alguna vez has sentido desilusión al no cumplir con tus objetivos o al enfrentarte a resultados inesperados? Las expectativas juegan un papel crucial en cómo vivimos nuestras experiencias. Muchas veces, estas se alejan de la realidad, lo que puede generar emociones negativas como frustración o inseguridad. Pero, ¿cómo podemos entender y manejar nuestras expectativas de manera efectiva?
Un pequeño índice
¿Qué son las expectativas?
Las expectativas son creencias que desarrollamos sobre lo que podría ocurrir en el futuro. Estas proyecciones suelen basarse en experiencias previas, pensamientos subjetivos o normas sociales. Sin embargo, cuando no se ajustan a la realidad, pueden causar malestar emocional. A continuación, exploramos los principales tipos de expectativas y cómo nos influyen:
1. Expectativas predictivas
Estas surgen al anticipar lo que sucederá en una situación futura.
- Ejemplo: Si vas a un examen y piensas “voy a suspender porque no soy capaz”, estás creando una expectativa basada en pensamientos irracionales como “no valgo” o “no merezco aprobar”.
- Impacto: Estas creencias pueden generar inseguridad antes de que la situación ocurra, limitando tu confianza y rendimiento.
2. Expectativas normativas
Se basan en normas sociales o personales que damos por sentadas.
- Ejemplo: Esperamos que un médico nos recete algo para aliviar el dolor de garganta o que un dependiente sea amable al atendernos.
- Impacto: Cuando estas normas no se cumplen, podemos sentir frustración o descontento, aunque no siempre estén bajo nuestro control.
3. Expectativas de merecimiento
Se relacionan con lo que creemos merecer por nuestro esfuerzo, capacidades o contribuciones.
- Ejemplo: Sentir que mereces un ascenso en el trabajo o más atención en una relación de pareja por lo que has aportado.
- Impacto: Estas expectativas suelen ser subjetivas y no consideran factores externos, lo que puede llevar a indignación o sufrimiento si no se cumplen.
¿Cómo gestionar nuestras expectativas?
Manejar las expectativas es esencial para evitar frustraciones y construir una vida más equilibrada y satisfactoria. A continuación, te ofrecemos estrategias detalladas que te ayudarán a gestionar tus expectativas de forma consciente y práctica:
1. Diferenciar entre expectativas realistas e irreales
Una de las principales causas de frustración es establecer expectativas que no se ajustan a la realidad.
¿Cómo hacerlo?
- Evalúa si tu expectativa está basada en hechos objetivos o en pensamientos irracionales.
- Hazte preguntas como: ¿Es razonable esperar este resultado? ¿Depende completamente de mí o de factores externos?
- Divide tus metas en pequeños objetivos alcanzables. Esto no solo te ayudará a avanzar, sino que también te proporcionará pequeñas dosis de motivación y satisfacción a medida que progresas.
Ejemplo práctico: Si te estás preparando para un examen difícil, en lugar de fijarte la expectativa de obtener una calificación perfecta, establece el objetivo de mejorar tus conocimientos y habilidades en esa área.
2. Evitar la anticipación negativa
La anticipación es una de las mayores fuentes de ansiedad. Cuando te centras demasiado en lo que podría salir mal en el futuro, no solo pierdes la capacidad de disfrutar del presente, sino que también reduces tus posibilidades de éxito.
¿Cómo hacerlo?
- Enfócate en el momento presente. Practica técnicas como la atención plena (mindfulness) para estar más conectado con el “aquí y ahora”.
- Reconoce que no puedes controlar todos los resultados futuros, pero sí puedes controlar tus esfuerzos y acciones actuales.
- Haz una lista de las cosas que sí están bajo tu control y trabaja en ellas, dejando de lado las preocupaciones por lo que no puedes cambiar.
Ejemplo práctico: Si estás preocupado por cómo será una reunión importante en el trabajo, en lugar de imaginar todos los escenarios negativos, prepárate lo mejor posible y confía en tus habilidades.
3. Priorizar tus propias expectativas sobre las ajenas
Muchas veces, nuestras expectativas están influenciadas por lo que creemos que los demás esperan de nosotros, lo que puede llevarnos a vivir en función de esas demandas externas.
¿Cómo hacerlo?
- Reflexiona sobre tus metas personales. Pregúntate: ¿Estoy haciendo esto porque realmente lo deseo o porque quiero cumplir con las expectativas de alguien más?
- Aprende a decir “no” cuando algo no se alinee con tus valores o prioridades.
- Reconoce que no necesitas la aprobación constante de los demás para validar tus elecciones.
Ejemplo práctico: Si alguien espera que tomes una decisión que no resuena contigo, como aceptar un empleo que no te motiva, permítete elegir lo que te haga sentir más pleno.
4. Comunicar tus expectativas de manera clara
A menudo, nuestras expectativas no se cumplen porque no las hemos expresado adecuadamente. Comunicar lo que esperas de una situación o de las personas que te rodean puede marcar una gran diferencia.
¿Cómo hacerlo?
- Sé específico al expresar lo que necesitas o esperas. Por ejemplo, en lugar de decir “quiero que me ayudes”, explica claramente qué tipo de ayuda necesitas y cuándo.
- Escucha también las expectativas de los demás para encontrar un punto en común.
- Usa un lenguaje positivo y constructivo, evitando culpar o exigir.
Ejemplo práctico: Si sientes que tu pareja no está apoyando tus metas, en lugar de asumir que “no le importa”, habla con ella y explícale cómo podrías sentirte más apoyado.
5. Ajustar tus expectativas al cambio
La vida es impredecible y muchas veces los planes no salen como esperábamos. Aprender a ser flexible con tus expectativas es clave para adaptarte mejor a las circunstancias.
¿Cómo hacerlo?
- Acepta que los cambios forman parte de la vida y que pueden traer nuevas oportunidades.
- En lugar de aferrarte a una expectativa que ya no es viable, busca maneras de reajustarla a la nueva realidad.
- Adopta una mentalidad de crecimiento: utiliza los contratiempos como aprendizajes y no como fracasos.
Ejemplo práctico: Si tenías la expectativa de alcanzar un ascenso este año, pero la empresa no está en condiciones de otorgarlo, considera cómo puedes seguir desarrollando tus habilidades mientras esperas una nueva oportunidad.
6. Reconocer y aceptar tus emociones
Cuando las expectativas no se cumplen, es normal sentir tristeza, frustración o decepción. Negar estas emociones solo amplifica su impacto.
- ¿Cómo hacerlo?
- Permítete sentir y procesar lo que estás experimentando, sin juzgarte por ello.
- Usa herramientas como la escritura en un diario emocional para identificar tus pensamientos y sentimientos.
- Si te resulta difícil manejar estas emociones, considera buscar apoyo profesional.
7. Mantén una perspectiva equilibrada
Las expectativas suelen estar influenciadas por un enfoque extremo: “todo o nada”. Este tipo de pensamiento puede ser desmotivador y poco realista.
- ¿Cómo hacerlo?
- Cambia tu perspectiva y observa las situaciones desde un ángulo más amplio. Pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede pasar y qué aprendizaje puedo obtener de ello?
- Valora tus logros, incluso los más pequeños, para mantener una mentalidad positiva y enfocada en el progreso.
El impacto de las expectativas en nuestra vida
Las expectativas, aunque esenciales para establecer metas y proyectarnos hacia el futuro, pueden convertirse en una fuente de frustración cuando no se cumplen. Ajustarlas a la realidad y aprender a manejarlas nos permite vivir de manera más equilibrada y evitar el peso emocional negativo.
Recuerda: Tener expectativas es parte de nuestra naturaleza, pero mantener “los pies en la tierra” nos ayudará a disfrutar más del presente y a construir un camino hacia el futuro que sea tanto realista como satisfactorio.
¿Cómo puede ayudarte la terapia EMDR a manejar las expectativas?
La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) es una herramienta eficaz para trabajar con las emociones y creencias asociadas a las expectativas. Muchas veces, estas creencias surgen de experiencias pasadas que influyen en cómo anticipamos el futuro. El EMDR puede ayudarte a:
1. Identificar el origen de las expectativas irracionales
Las expectativas suelen estar vinculadas a experiencias pasadas que dejaron una huella emocional. Por ejemplo, un fracaso previo puede generar la creencia de que no eres capaz de lograr algo en el futuro.
Con el EMDR, se trabaja en la identificación y procesamiento de esas memorias, liberando las emociones negativas asociadas.
2. Reprogramar pensamientos limitantes
Creencias como “no soy suficiente” o “no merezco éxito” son comunes en personas con expectativas poco realistas o autocríticas.
A través de la terapia EMDR, es posible transformar estas creencias irracionales en pensamientos más positivos y funcionales, ayudándote a establecer expectativas más realistas.
3. Reducir la ansiedad por la anticipación
La ansiedad que surge al anticipar un futuro incierto puede bloquear tu capacidad de disfrutar el presente y actuar de manera efectiva.
El EMDR permite desensibilizar esos desencadenantes emocionales, ayudándote a afrontar el futuro con mayor serenidad y enfoque.
4. Mejorar tu relación contigo mismo y con los demás
Muchas expectativas están influenciadas por nuestra autoestima y las dinámicas con los demás. Por ejemplo, creer que necesitas cumplir las expectativas ajenas para sentirte aceptado.
El EMDR facilita el trabajo con estas creencias, fortaleciendo tu autoconfianza y promoviendo relaciones más saludables.
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