Para diferentes problemáticas varias terapias, además del EMDR, se han mostrado también eficaces, como la terapia cognitivo-conductual (TCC). Sin embargo, la diferencia de la terapia EMDR con la TCC es que no requiere que el paciente detalle el suceso traumático para poder trabajar con ello. A pesar de esto, es importante que el terapeuta con el que trabajemos pueda llegar a tener una buena comprensión de nuestro caso.
Por otro lado, tampoco es necesario que el paciente realice “tareas” entre sesiones para que la terapia sea eficaz. No obstante, quizá el terapeuta sugiera algún ejercicio u observación que el paciente pueda hacer fuera de sesión para luego traer esa información a la terapia y trabajar con ello.