La vergüenza es una emoción compleja que todos experimentamos. Se considera una de las emociones más dolorosas e incapacitantes, y estudios han demostrado su relación con el desarrollo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental. Sin embargo, esta emoción no suele recibir mucha atención. En este caso te enseñaremos que es la vergüenza y como tratarla de manera eficaz.
NOTA: ¿Sabías que con nuestra terapia EMDR podemos ayudarte a solucionar eficazmente la la vergüenza incontrolada?
Las emociones son reacciones transitorias que experimentamos internamente. Se manifiestan a través de sensaciones físicas (como el corazón acelerado al sentir miedo), cambios en el estado de ánimo (como sentirnos tristes), pensamientos y conductas específicas.
Las emociones juegan un papel esencial al proporcionarnos información valiosa sobre nuestro entorno y las personas a nuestro alrededor. El miedo, por ejemplo, nos pone en alerta para evitar situaciones peligrosas. La pena puede motivarnos a buscar apoyo y consuelo en nuestros seres queridos, mientras que la alegría nos ayuda a conectarnos con los demás.
Sin embargo, algunas emociones pueden ser extremadamente incómodas y difíciles de manejar. Algunas parecen teñir nuestro mundo de gris. La vergüenza es una de esas emociones. En este artículo, analizaremos qué es la vergüenza según la investigación, su propósito y cómo podemos aliviarla.
Si quieres saber más detalladamente sobre las emociones, tenemos un post dedicado exclusivamente a las emociones y sentimientos
La vergüenza es una emoción multifacética. En términos sencillos, surge cuando nos sentimos mal con nosotros mismos; es decir, cuando nos percibimos como inferiores, incompetentes, incapaces, fracasados o indignos de amor y aprecio. Frecuentemente, está vinculada a la sensación de haber fallado en algo e incluso puede hacer que nos aislemos y nos quedemos solos.
En ocasiones, sentimos vergüenza cuando los demás nos evalúan negativamente o tienen una mala opinión de nosotros. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando somos objeto de humillación, burla o crítica, o cuando cometemos un error en público. En estos momentos, nos preguntamos qué pensarán los otros sobre nosotros. Nos preocupa la percepción que tienen de nosotros y tememos ser objeto de burla o decepción.
En otras ocasiones, sentimos vergüenza cuando nos evaluamos a nosotros mismos de manera negativa. Esto suele ocurrir cuando no alcanzamos nuestras propias expectativas o ideales. Comenzamos a pensar que somos inferiores, malos, defectuosos, y otros atributos negativos. La vergüenza puede estar relacionada con nuestro aspecto físico (nos sentimos poco atractivos o deseables), con características de nuestra personalidad (creemos que hay algo malo o defectuoso en nuestra manera de ser) o con la sensación de fracaso (no alcanzar una meta u objetivo). Nuestra atención se centra en nosotros mismos, y nos sentimos insatisfechos con quiénes somos o con aspectos de nosotros mismos.
Algunos modelos de investigación sugieren que la vergüenza, al igual que otras emociones, tiene componentes cognitivos, conductuales y fisiológicos. En el siguiente cuadro, ilustramos estos componentes con ejemplos. Es probable que te identifiques con alguno de ellos. Recuerda que la vergüenza es una emoción universal y transitoria que todos experimentamos en algún momento.
Componentes de la Vergüenza:
Es importante reconocer que la vergüenza es una emoción común y pasajera que todos sentimos en diferentes momentos de nuestra vida.
Es cierto que la vergüenza, al igual que todas las emociones, tiene una función. Una teoría sugiere que experimentar vergüenza cuando nuestro comportamiento es considerado inapropiado puede servir como una señal para corregir nuestras acciones y evitar el rechazo o la desaprobación de los demás. Esto ayuda a fomentar lazos sociales positivos. Además, sentir vergüenza cuando actuamos en contra de nuestros valores o ideales morales puede motivarnos a corregir nuestro comportamiento para alinearlo con lo que consideramos correcto. En este sentido, es importante prestar atención a nuestra vergüenza y tratar de entender qué nos está queriendo decir.
No obstante, cuando la vergüenza se vuelve excesiva o paralizante, afectando negativamente nuestra autoestima y salud mental, puede convertirse en un problema. Si la vergüenza nos impide realizar actividades, interactuar con otros y explorar el mundo o ser feliz, podría ser el momento de buscar ayuda profesional:
En nuestra clínica de psicología, podemos ayudarte mediante diferentes terapias a que tu vergüenza no te controle a ti.
Se ha observado que las personas propensas a sentir vergüenza y que tienen dificultades para regular esta emoción pueden desarrollar diversos problemas de salud mental, como depresión, ansiedad y estrés. La vergüenza también está asociada con problemas de autoestima y dificultades en las relaciones interpersonales.
Entonces, ¿por qué es importante reconciliarnos con la vergüenza? La investigación indica que no es la vergüenza en sí misma, sino cómo reaccionamos a ella, lo que influye en el desarrollo de problemas de salud mental. Las personas que tienden a evitar, ocultar o suprimir esta emoción tienen más probabilidades de desarrollar problemas como depresión o ansiedad. Por otro lado, aquellas que aceptan la experiencia de la vergüenza y la abordan con auto-compasión tienden a tener mayores índices de bienestar y menos probabilidades de desarrollar patologías.
La vergüenza es una parte inevitable de nuestras vidas y siempre estará presente en algún grado. A continuación, te sugerimos maneras efectivas de responder a tu vergüenza para ayudarte a reducir su intensidad y aliviar sus efectos.
Pedir cita online con nosotros puede ser exactamente lo que necesitas. El enfoque psicológico no se centraría únicamente en controlas la vergüenza, sino en tratar la raíz del problema (posiblemente traumático) para que superes esa vez en la que pasaste tanta vergüenza que ahora casi te bloquea.
También nuestros psicólogos pueden ofrecerte realizar la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a lidiar con los momentos vergonzosos. Esta terapia enseña a manejar las interacciones entre sentimientos, pensamientos y comportamientos.
Las personas tendemos a ser muy críticas con nosotros mismos. Sin embargo, cuando un amigo atraviesa un mal momento, intentamos ser acogedores, cálidos, amorosos y compasivos. Piensa en ocasiones en las que un amigo querido acudió a ti sintiéndose mal consigo mismo. Recuerda cómo respondiste: ¿qué hiciste y qué le dijiste? ¿Con qué tono le hablaste? Luego, practica tratarte a ti mismo de la misma manera en que tratarías a un buen amigo.
Aceptar nuestra vulnerabilidad puede ayudarnos a desarrollar una mayor compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás. La vergüenza puede ser un recordatorio de nuestra humanidad compartida, brindándonos la oportunidad de conectar con los demás.
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